Si el proceso de paz consigue salir avante, la que está a punto de terminar podría ser la última generación de alcaldes que tuvo que hacerle frente al conflicto armado con las Farc. Y los mandatarios que asumirán sus cargos a partir del primero de enero del 2016 serán, probablemente, quienes tengan que sembrar las bases para que tal proceso se consolide, especialmente, en las ciudades.