Actualmente se reconoce que las transiciones revisten vital importancia para las experiencias y el bienestar de los niños pequeños, además de constituir un poderoso marco unificador para la investigación.

Las conceptualizaciones de la transición se apoyan casi invariablemente en teorías sobre el desarrollo infantil, y especialmente en aquéllas concebidas desde la perspectiva de la psicología evolutiva. El desarrollo es una noción fundacional para las políticas y prácticas relacionadas con la primera infancia y también ocupa una posición central en la realización de los derechos del niño.