Están por todas partes: en los trabajos, en los bares, en las instituciones de educación… Todos hablan de ellos, pero todavía se desconoce a ciencia cierta quiénes son o qué esperan de la vida. Tanto unos como otros están muy alejados de los convencionalismos que caracterizaban a sus padres y son todavía un grupo poblacional indescifrable para los diferentes sectores.

Ni siquiera hay consenso para establecer en qué décadas vinieron al mundo estas dos generaciones de jóvenes a los que les une una característica común: el inconformismo.