Si se habla de cine de terror, no se puede pasar por alto a la productora británica Hammer (ver Hammer Productions), que a lo largo de los años 50, 60 y 70 desencadenó una avalancha de películas del género, algunas de gran calidad, como La maldición de Frankenstein (1957), Drácula (1958) y La Momia (1959). Su director estrella fue el inglés Terence Fisher.