Muchas personas necesitan inspirarse en grandes acontecimientos para hacer poesía de la vida. El romanticismo salvaje y trágico de los poetas como Becquer, Espronceda o Lord Byron durante el siglo XIX es un buen ejemplo de ello.

No obstante, otros poetas con no menos talento han demostrado sobradamente que en la sencillez de cuanto nos rodea puede haber una enorme poesía de la vida. Todo depende del tono que uses y la significación que aportes.