Los Bienvenidos dicen que ser rockero es una cuestión de amor, de hacer las cosas con el alma aunque eso signifique abucheos, burlas y en varias ocasiones el enojo de quienes los contrataban para presentaciones. Enojo porque los asistentes se quejaban del mal sonido: en lugar de una batería tenían un porrón de agua, un tambor, dos ollas y unos platillos resquebrajados.

Pero, un poco así es el rock caleño: único. Un poco así es hacer rock en Cali: una lucha contra la corriente, porque la mayoría aquí le apuesta a la salsa. Y nada más.

Por eso sorprende que en la ciudad de Wilson Manyoma, de Piper Pimienta, del Grupo Niche, de Guayacán, de Tin Tin Deo, de ‘las caleñas son como las flores’ haya más de 200 bandas que se dedican a un género que casi parece un paria. Así que ¿rock en la capital mundial de la salsa? Sí. Y buen rock.

Los Bienvenidos dicen que ser rockero es una cuestión de amor, de hacer las cosas con el alma aunque eso signifique abucheos, burlas y en varias ocasiones el enojo de quienes los contrataban para presentaciones. Enojo porque los asistentes se quejaban del mal sonido: en lugar de una batería tenían un porrón de agua, un tambor, dos ollas y unos platillos resquebrajados.

Pero, un poco así es el rock caleño: único. Un poco así es hacer rock en Cali: una lucha contra la corriente, porque la mayoría aquí le apuesta a la salsa. Y nada más.

Por eso sorprende que en la ciudad de Wilson Manyoma, de Piper Pimienta, del Grupo Niche, de Guayacán, de Tin Tin Deo, de ‘las caleñas son como las flores’ haya más de 200 bandas que se dedican a un género que casi parece un paria. Así que ¿rock en la capital mundial de la salsa? Sí. Y buen rock.

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